Realicé mi servicio social en la Feria Internacional de la Lectura Yucatán (FILEY), una experiencia que, si bien fue enriquecedora, también resultó bastante demandante físicamente.
Mi labor consistió en cubrir diversos eventos con apenas 15 o 30 minutos de diferencia entre uno y otro, lo que implicaba estar en constante movimiento.

En total, cubrí alrededor de 10 eventos a diario donde debía tomar notas, capturar fotografías y asegurarme de que el contenido fuera publicado en redes sociales.
El horario fue extenuante: trabajé 12 horas al día, de lunes a domingo, durante nueve días consecutivos.
Aunque algunos autores lograron captar mi atención por la manera en la que presentaban sus obras, otros no lograron conectar conmigo, ya que no compartía el sentido de sus libros.
Sin embargo, hubo aspectos menos positivos. En algunas ocasiones, me dejaron sin actividades durante varias horas, pero aun así no me permitían retirarme antes de las 8:40 p.m.
Incluso cuando ya había terminado todas mis tareas. También me pareció innecesario que nos hicieran llegar desde las 9 a.m. cuando nuestras coberturas comenzaban mucho más tarde.
A pesar de todo, la feria contó con una gran asistencia de personas de todas las edades, incluidas muchas escuelas, lo que generó un ambiente vibrante y lleno de entusiasmo por la lectura.}
Recomendaría esta experiencia para aquellos que realmente disfruten la literatura y la difusión cultural, ya que el trabajo puede ser demandante, pero también brinda la oportunidad de interactuar con autores y conocer más sobre el mundo editorial.
Sin embargo, es importante estar preparado para el ritmo intenso de trabajo y la falta de flexibilidad en los horarios.
Al final la Filey busca promover más la lectura y atraer a más público en especial a los jóvenes.
Es por esto, que este año trajo a influencers que acaban de sacar un libro y aunque no sea la estrategia más creativa, funcionó y los resultados fueron los esperados.