Un regreso esperado a la residencia papal
El Papa Leo XIII decidió pasar parte del verano en Castel Gandolfo, una residencia histórica ubicada a 25 kilómetros al sur de Roma. Con esta acción, reactivó una tradición que los pontífices habían dejado de lado desde el papado de Benedicto XVI.
Durante siglos, los papas viajaron a este lugar para descansar durante los meses más calurosos. Sin embargo, el Papa Francisco suspendió esa práctica y mantuvo la residencia abierta al público como museo.
Nueva etapa para Castel Gandolfo
Con el regreso del pontífice, Castel Gandolfo volverá a funcionar como casa de verano del Vaticano. Los voceros informaron que el Papa Leo permanecerá allí durante varias semanas para descansar, orar y atender algunas tareas pastorales.
El entorno natural y el clima más fresco motivaron la decisión, ya que el calor en Roma alcanzará niveles extremos este verano. Además del beneficio físico, la estancia permitirá un espacio de reflexión fuera del entorno habitual.
Una tradición recuperada
Muchos fieles y expertos en asuntos religiosos consideraron el gesto como un equilibrio entre el estilo austero de Francisco y el respeto por la historia del Vaticano. Aunque el Papa Leo no planea grandes eventos públicos durante su estancia, se espera que emita mensajes desde la residencia o reciba visitas privadas.
Los habitantes de Castel Gandolfo expresaron entusiasmo por el regreso del pontífice. En la ciudad ya se observan preparativos y medidas de seguridad para recibir a su ilustre visitante.
Una residencia cargada de historia
Más de treinta papas usaron esta villa como refugio personal y espacio para decisiones importantes. Durante la Segunda Guerra Mundial, incluso funcionó como lugar de protección para civiles.
Con esta visita, el Papa Leo muestra interés por reconectar con símbolos históricos sin abandonar la sencillez que ha caracterizado su liderazgo.
Castel Gandolfo, al volver a recibir a un papa en funciones, refuerza su valor como parte del legado vivo de la Iglesia Católica.
