Volvió esa sensación de estar entre libros, charlas y cafés. Durante nueve días, Mérida se convirtió en una fiesta para lectores de todas las edades.
La Feria Internacional de la Lectura Yucatán (FILEY) 2025 llenó pasillos, auditorios y plazas. Además, nos recordó que leer es un acto profundamente humano.
La ciudad cambió. Se sintió más curiosa y despierta. Las conversaciones literarias salieron a los parques, a los cafés y a las sobremesas.
Del 22 al 30 de marzo, el Centro de Convenciones Yucatán Siglo XXI fue el centro de todo. Ahí se realizaron más de 700 actividades. Participaron autores, editoriales, artistas, docentes y familias.
Hubo presentaciones de libros, talleres infantiles y cine. También espacios para jóvenes, debates, arte y lectura.
Cada persona pudo encontrar algo que le interesara. Incluso quienes no leen con frecuencia.

El corazón de la Filey
La Universidad Autónoma de Yucatán (UADY) fue el corazón del evento. Como cada año, organizó la feria con cuidado y dedicación.
Cada rincón promovía el conocimiento, el diálogo y la comunidad. Todo estuvo pensado para acercar los libros a todos.
La FILEY logró algo importante: hablarle a personas muy distintas. Niños buscaban mangas. Señoras redescubrían los clásicos. Jóvenes llenaban las salas para escuchar sobre ciencia ficción o literatura indígena.
La feria fue abierta, viva y cercana. Cada lector encontró algo que le hablaba directamente.
La Secretaría de la Cultura y las Artes organizó actividades variadas. Hubo performances, exposiciones y charlas históricas.
Uno de los momentos más emotivos fue el homenaje a la Correspondencia de la Guerra de Castas. Ese archivo fue inscrito hace diez años en la Memoria del Mundo de la UNESCO.
El evento nos invitó a mirar hacia el pasado. Y a reconocer el valor de la palabra escrita.
La Universidad de las Artes de Yucatán (UNAY) ofreció jornadas cinematográficas. Hubo cortometrajes, charlas y mesas de reflexión.
Las actividades mostraron cómo se cruzan el cine, la literatura y la realidad social. Muchos asistentes salieron con nuevas ideas.
El cierre fue especial. Se homenajeó a escritoras yucatecas que han dejado huella. Además, hubo una charla inesperada: K-pop y literatura coreana contemporánea.
El auditorio se llenó de jóvenes emocionados. La charla mostró que la cultura puede unir generaciones.
La FILEY 2025 reunió a más de 200 mil personas. Pero lo más importante no fueron los números.
Fue ese libro que descubriste por casualidad. Fue la charla que te hizo pensar distinto. O la sonrisa de quien encontró justo lo que no buscaba.
La feria no solo regresó. También nos recordó por qué necesitamos leer.